Incluso las personas que no se especializan en los bienes inmuebles, han visto venir la ola de aumento de precios en bienes raíces.
Un ejemplo de lo que ocurrió con las crisis inmobiliarias está en Estados Unidos en el año 2008 con estragos en Wall Street y Main Street.
“Las preocupaciones de Wall Street son MUCHO más grandes y complejas … y están indisolublemente ligadas a las del Tío Sam y la Reserva Federal. Por supuesto, es importante comprender los motivos de los magos porque influyen en las políticas que literalmente impulsan los mercados hipotecario y de la vivienda.” De acuerdo con la fuente.
Esto es importante porque los bienes raíces no sólo son inversiones locales, también implica que extranjeros puedan conservar o comprar propiedades. De manera que si los precios se disparan, poco a poco esas propiedades dejarán de ser demandadas y se convertirá en una crisis.
La causa, según la industria, está en los altos precios de las viviendas y la escasez de ofertas. Si la demanda va bajando y con ello, los precios sufren, ¿qué pasa con los inmuebles? ¿Aún quedará algo para vender o rentar?
Hay que considerar también los materiales con los que están hechas las viviendas y la demanda o escasez que tengan frente al mercado. Si escasea el material principal entonces, por obvias razones el precio se elevará pero sólo es la consecuencia de todo un sistema que está fallando para cubrir necesidades debido al uso desmedido.
Otro aspecto al que hay que tener en la mira es la energía ya que si los precios energéticos suben, todo lo hará detrás de él porque no existirían otros servicios o productos que dependen directamente de ella, con la escasez.
Todo esto nos deja reflexionando acerca de cómo es que puede afectar en algún momento todo el ecosistema económico a las propiedades.